Como bien os conté en otro post Leo casi siempre estaba en dos lugares a lo largo del día. 1, en mis brazos (léase tomando pecho) o en el suelo.
En el suelo?????? Si! en el suelo pero con garantias, claro jajajajaja en mi casa somos mucho de alfombras, con el grosor de las propias alfombras suele ser suficiente pero además le ponía una mantita, una toalla u otra alfombrita encima, más que nada por higiene.
Aunque en otros post dejé unas pinceladas del tema gateo/primeros pasos, muchas sois las que me habeis pedido consejo. Como siempre y sin afán de que mis palabras «vayan a misa» os cuento mi experiencia. Todo lo puedo contar relacionado con niños va sujeto a aquello que recomiendan asociaciones de pediatría, médicos, la OMS…
Dicho esto empezaré diciendo que NO se deberia usar y el porqué!
No se debería usar por su peligrosidad ante todo, no es un artilugio seguro, los médicos NO lo recomiendan, no enseñan a andar sino todo lo contrario les privas del desarrollo de los patrones motores tan beneficiosos para el ser humano.
Adjunto el enlace de la guía para padres de la asociación española de pediatría. Se puede descargar, la recomiendo.
https://enfamilia.aeped.es/lecturas-recomendadas/guia-practica-para-padres-desde-nacimiento-hasta-3
Otra de las acciones que vemos a diario es la de llevar al bebé de los brazos para que dé sus primeros pasos con la consecuente visita de los padres al fisioterapeuta por su acusado dolor lumbar! Qué necesidad! Jaja
No recuerdo haber llevado a Leo así ni una sólo vez ni yo ni nadie de mi familia (lo cierto es que estaban todos avisados jaja)
Leo empezó a pasar tiempo en el suelo boca arriba, a ratitos boca abajo, su necesidad de coger juguetes y explorar su entorno le hizo querer girarse, voltear él solito, poco a poco fui observadora de cómo empezaba a poner el culito en pompa para empezar a reptar, a arrastrarse como una culebrilla para llegar a sostenerse sobre sus manos y rodillas. Empezó a ponerse de rodillas y a agarrarse a una mesa, silla, sofá…para levantarse él solito. El día de la fiesta de su primer cumpleaños para nuestro deleite y en medio de todas las personas que más le queremos empezó a dar sus primeros pasitos. Sin prisas, sin agobios, de la forma más natural y bonita posible. Que gusto no intervenir en el proceso, mantener sus ritmos y dejarle cumplir sus propios hitos. Maravillosa naturaleza.
Sí que es cierto que cuando estábamos a veces jugando le hacía masajes en las manos y en los pies, le daba información de cómo podia poner el pie para impulsar el arrastre, diferentes texturas para que se acostumbrara a distintos tipos de suelo (césped, arena…), corregia alguna postura para que no se quedase «viciada» como por ejemplo no permitir que se sentase en «w»… pero en verdad no es necesario, si se le hace súper bien, pero si no se hace también! El ser humano ha sobrevivido sin tantas cosas para los bebés! Jaja esto da para otro post…anotado queda. Pero antes vamos a ver los beneficios que nos aportan los patrones motores.
Os dejo sólo algunos de los beneficios que nos proporciona el gateo y todo lo que nuestro/o hijo/a se puede perder al usar un andador…
A nivel corporal:
El gateo desarrolla la estructura de hombros, codos, muñecas, rodillas y tobillos al estirarse-sentarse-gatear-sentarse-gatear-estirarse e intentar ponerse de pie.
Al pasar por diferentes terrenos y tocar diferentes texturas, el gateo desarrolla la sensibilidad táctil de los dedos y la palma de la mano que le facilitará en un futuro el agarre de objetos pequeños como el lápiz al escribir o pintar, o el tocar instrumentos de cuerda o viento.
En esta etapa también tiene lugar la maduración de la motricidad fina (manos-dedos) pudiendo coger objetos con el dedo pulgar e índice de manera simultánea (tipo pinza).
El gateo armónico y continuado proporciona al bebé una capacidad respiratoria superior que cuando está inmóvil, lo que aumenta la oxigenación de su cerebro, y también facilita su capacidad respiratoria para cuando empiece a balbucear o hablar.
El gateo obliga al movimiento simultáneo del brazo y la pierna contrarios, situación que favorece, a nivel neurológico, la interrelación hemisférica. Por tanto, a más gateo, la velocidad de intercambio de información entre los dos hemisgerios será más rápida y eficaz. Un ejemplo práctico: le será mucho más fácil coger apuntes a la vez que escucha al profesor.
A nivel visual:
Al querer llegar al lugar donde hay un objeto de su interés, y luego cogerlo, le obliga a la coordinación óculo-manual (ojo-mano).
Además, ejercita cuatro aspectos importantes en la visión:
Ejercita su visión binocular: el cerebro utiliza las imágenes que recibe de cada uno de los dos ojos y las fusiona en una sola imagen más completa.
Desarrolla con gran intensidad la visión estereoscópica, es decir, la visión tridimensional que permite apreciar los volúmenes.
Se estimula la convergencia y la acomodación, que permiten saber a qué distancia está un objeto y focalizarlo correctamente. Esto posibilitará en un futuro ver con claridad, facilidad y rapidez las cosas que están cerca (y las letras o dibujos de su libreta o de un cuento), así como las cosas que están lejos (la pizarra que ha de copiar), alternando ambos focos sin problemas. Por otra parte, saber a qué distancia están los objetos y su volumen, le permitirá poder cogerlos mejor y encajarlos con precisión en lugares determinados. Por ejemplo, los puzzles, juegos de encajar elementos/formas, meter y sacar cosas de los cajones que ya ha aprendido a abrir con facilidad, etc.
Potencia la visión periférica, que es la que nos permite orientarnos en el espacio, informándonos de los movimientos en el entorno. Un sistema visual eficaz y rentable, será el resultado del perfecto equilibrio entre la visión periférica y la visión central.
Cómo fomentar el gateo
Si tu bebé pesa mucho, arrodíllate detrás de él, sujetándolo por el vientre con una mano y usando tu otra mano para ayudarle a mover hacia delante sus manos y rodillas de forma alternativa.
Si sois dos adultos, podéis usar una toalla rodeando su barriguita y levantándola de manera que se eleve del suelo y que sus manos y rodillas soporten parte de su peso. Entre los dos podéis ayudarle a avanzar: mientras uno le mueve las manos, el otro le va moviendo las piernecitas.
Podéis utilizar vuestro propio cuerpo como obstáculo para que tu bebé lo supere (túmbate en el suelo y deja que tu bebé pase por encima de tus piernas como si fueran una montaña rusa a su medida). Esto le obligará a coordinar y fortalecer sus brazos y piernas. Cuando lo consiga, prémiale con besos y abrazos.
También puedes construir obstáculos con almohadones grandes, mantas enrolladas, etc. (lo dejamos a tu imaginación).
A veces, subir algunos escalones (o pequeños tramos de escalera) pueden ser un buen estímulo para él. Tienen tendencia a hacerlo por propia iniciativa, por lo que es aconsejable que no le pierdas de vista y supervises su «pequeña» ascensión.
Acuérdate de cubrir las piernas del bebé con un pantalón largo o un mono de gateo para prevenir los efectos del roce cuando avance con rapidez por diferentes terrenos.
La natación (sobre todo cuando están boca abajo) facilita el movimiento de brazos y piernas como si gatearan, con la libertad de estar menos sometidos a la gravedad. A la vez, la resistencia que le ofrece el agua en el movimiento hace que su musculatura se desarrolle mucho mejor. Os contaré en un post la experiencia de Leo en clases de natación, pues empezó con cinco mesecitos…
Por otra parte, si tu hijo tiene más de 10 meses y ves que ya tiene intención de caminar (sin haber pasado antes por la etapa de gateo) estos trucos pueden ayudarte a que no se pierda esta fase tan importante para su desarrollo.
Bibliografía:
Proyecto Príncipe. Asesoramiento familiar 113- Estimulación temprana 0-12 meses.