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Embarazo de Leo

Mi última regla se produjo el día 3 de febrero del 2017. Como buena soñadora y con la ilusión de buscar un embarazo, fui a la consulta de mi ginecólogo para una revisión y que me pautara las vitaminas prenatales. Recuerdo sus palabras

«- Cuando estés embarazada lo sabrás. Todas lo sabeis, no sé cómo pero es así».

En mi primer mes de búsqueda ya contaba con todos los síntomas del mundo mundial. Estaba convencida de mi positivo, por eso el negativo en el test me produjo cierto malestar y un buen bajonazo. No, no soy de las que llegan y besan el santo. Unos meses después llego esa sensación (no eran síntomas típicos de las primeras semanas de embarazo) me vinieron a la cabeza las palabras de mi ginecólogo. Tenia razón, yo sabia que ya lo estaba. Esperé una semana para el test de embarazo, boda de amigos por medio, dónde no bebí ni una gota de alcohol; aunque me pedía «falsos gintònics» sólo tónica, hielo y las bolitas aromatizantes típicas.

El día 8 de marzo, día de la mujer, me hice el test, me parecía una fecha bonita, significativa y que como buena feminista siempre recordaría.

Semanas más tardes empezaron algunos síntomas típicos: muchísimo cansancio pero de ese que te cuesta hasta subir 2 escalones y sueño. El síntoma más raro que tuve estaba relacionado con el olfato, no podía entrar a una de las habitaciones de mi casa, pues me olía a cemento fresco, no sé, si cierro los ojos todavía lo puedo oler y francamente lo pasaba muy mal. Subiendo por las escaleras de casa ya sabía si mi marido se había dejado la puerta abierta en dicha estancia. Horrible!

Por lo demás todo fenomenal, en una nube. Nos hicimos algunas pruebas prenatales que no entraban en la seguridad social y supimos muy prontito el sexo de nuestro bebé. Un niño, el mini-amor más grande de mi vida. Teníamos claro el nombre desde hacía años. Leo. Me gustaba por ser corto, entonces estaba poco visto y el signo del zodíaco de su papi es ese. Así que no tuvimos que buscar en internet ni echar mano de los nombres familiares que tanto estaba de moda antaño…jaja

Sólo faltaba ver crecer la barriga, que por cierto, me salió enseguida. Algunas amigas antes de decirles nada ya lo sospechaban. Me encantaba verla crecer tan rápido…

Empezamos dando la noticia en comidas/cenas en casa. Primero con la familia de mi marido y después con la mía. Grabamos sus reacciones en vídeo. Fueron muy emocionantes. No se olían nada porque solemos hacer muchas reuniones familiares y de amigos en casa, nos gusta cocinar, ver la casa llena de vida…

Sus reacciones fueron muy emotivas, pusimos la primera eco en una cajita junto a unos patucos, en el caso de la abuela paterna una minicámara de madera pues le gusta mucho la fotografía. Para los tíos les compramos los bodys típicos de Mr. Wonderful, súper bonitos. Que ilusión preparar todo esto, los nervios de ese día, la alegría de toda la familia…

Tuve un embarazo muy activo, me apunté a pilates para embarazadas, clases de natación con el método AIPAP impartido por mi matrona, clases de educación prenatal en el centro de salud de mi localidad de las cuales una de las dos horas semanales estaba destinada al ejercicio. El resto de los días andaba muchísimo y el verano entero me lo pasaba en la piscina haciendo ejercicios que recordaba de las clases a las que asistía. Estaba en muy buena forma, casi todo era barrigota, aunque aumenté en todo el embarazo 18 kg (nadie se lo creía, francamente no lo aparentaba…) estaba pletórica, feliz…me encantaba vestirme con looks premamá que yo misma me creaba con ropa no-premamá. Eso sí a punto de parir y dado que Leo nacía en noviembre, no me quité los leggins negros de embarazo de HyM. Un acierto! Benditos leggins! En el próximo post os cuento el parto, aviso, será largo como lo fue el nacimiento de Leo! Jaja

6 Comments

  1. Jose dice:

    Me ha emocionado muchísimo conocer tu historia, gracias

  2. Maryann dice:

    Gracias a tus palabras he regresado a 1984, cuando me toco a mi ser madre por primera vez. El milagro de la vida.

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