Tal y como os comenté en el post de «El primer día en casa con Leo», me encanta todo el tema de la estimulación infantil. He leído muchísimo y me he formado alrededor de este mundo. Soñé siempre cómo sería jugar con él desde su nacimiento pero no podía esperar a que naciese jajajaja
Embarazada estuve buscando la típica práctica en torno a ponerle música clásica ya desde el embarazo. Me informé, vi algunos estudios algo dudosos de evidencia científica, no sabía si iba a funcionar pero tenia claro que con sentido común no tenia porque hacerle daño al bebé. Le pregunté al ginecólogo y me dijo que él también lo hacía con los suyos y que malo no era…
Me informé y leí que había que tener en cuenta el horario de sueño y vigilia del bebé. Que era bueno un máximo de 20 min y de 21:00 a 00:00 de la noche, la verdad que esa hora coincide en la hora en la que nos solemos tumbar al sofá y es ahí dónde, al menos Leo no paraba de moverse, supongo que buscando el vaivén de mis movimientos al andar. Así que pillé unos cascos de música, los enchufé al ipad y me los ponía en la tripa. A parte de la música clásica busqué un compositor en especial: Mozart.
En ese momento en mi cole estábamos usando una terapia con algunos de nuestros alumnos (Tomatis).
El Método Tomatis® es un enfoque natural de estimulación neurosensorial. Sus programas de escucha modifican la música y la voz en tiempo real para captar la atención del cerebro y desarrollar nuestras facultades motoras, emocionales y cognitivas. El Método Tomatis®, desarrollado por el médico e investigador francés Alfred Tomatis, se basa en una tecnología de punta y en la excelencia de los profesionales que se forman en su manejo.
Según su teoría, al escuchar la música de Mozart, “el niño estimula sus habilidades sociales, su funcionamiento cerebral y, por ende, las habilidades académicas”, explica Ángela Rueda de Halliday, quien realizó estudios de musicoterapia, de pedagogía musical y se especializó en el área de estimulación musical del método verbotonal. EL FUNDAMENTO Aura Sofía Rico, pediatra especialista en desarrollo infantil, aclara que la base científica en la que se apoya el efecto Mozart “es una teoría que tiene más de 50 años, elaborada por el otorrinolaringólogo francés Alfred Tomatis, quien demostró que desde que el feto tiene cuatro meses es capaz de oír la voz de la madre y que el sonido juega un papel muy importante en la percepción y la conciencia del niño”.
“Porque su principio fundamental es que las frecuencias altas de la música estimulan el funcionamiento cerebral y propician el aprendizaje”. Rueda agrega que una de las primeras personas en difundir el término Efecto Mozart fue el músico, pedagogo, escritor y profesor Don Campbell, durante los años 80 y 90, pues hizo investigaciones sobre la formación y desarrollo del cerebro del bebé desde su concepción, y planteó la importancia del sonido.
Los efectos de la música de Mozart son los mismos para cualquier niño. LOS EFECTOS “Según Campbell, el principal difusor del Efecto Mozart, el ritmo y la melodía, son los que estimulan el desarrollo del bebé desde antes de nacer. Adicionalmente, afirma que la voz de la mamá y los latidos de su corazón lo tranquilizan y la altura de los sonidos despiertan sus oídos y lo estimulan para desarrollar el lenguaje, los cantos, juegos rítmicos y lo enseñarán a mover su cuerpo con agilidad”.
El Efecto Mozart se originó cuando investigadores de la Universidad de Texas encontraron que a los niños a los que se les ponía a escuchar la música de Mozart tenían mayor capacidad de memoria y mejor retención.
Si los niños reciben estimulación musical desde antes de nacer y durante su desarrollo, mejorarán sus procesos de atención, su habilidad para escuchar y su lenguaje.
• Se ha demostrado que los bebés prematuros que escuchan música clásica aumentan de peso.
• El efecto Mozart favorece el desarrollo motriz y con esto se logrará mayor seguridad y agilidad en el momento de gatear, caminar, correr y saltar.
• La música de Mozart tiene un efecto energético diferente a la de otros compositores. Dice Tomatis que esta música continúa siendo utilizada para mejorar insuficiencias auditivas y vocales. Esto se ha comprobado en países como Estados Unidos, Francia y Alemania.
Es decir, ciertos niños requerirían estar oyendo permanentemente la música de Mozart para obtener resultados. Por eso es que estos métodos aconsejan oírla para trabajar, durante la vida escolar o cuando están haciendo tareas en la casa, como música de fondo. (Textos extraídos de la web).
Así, es que con toda la información que encontré pero sobretodo con la opinión de mi ginecólgo que me afirmó que daño y malo no iba a ser, creé mi propia rutina.
Por las noches una vez que ya habíamos cenado cogía mi mecedora (una antigua mecedora que pertenecía a mi abuela materna, la misma dónde tanto jugué de pequeña la restauré y la puse en mi comedor), buscaba en google «Mozart» o «efecto Mozart», y mientras me balanceaba ponía los cascos en mi tripa, yo no lo escuchaba pero Leo sí…
¿Cómo estoy segura? Resulta que uno de los primero días cuando llevábamos unos cinco minutos Leo empezó a darme pataditas, yo no le presté mucha atención, pensaba que era algo puntual así que nada, me acomodé y ya está. Al cabo de dos días me pasó lo mismo, miré el ipad por si el sonido estaba demasiado alto y para mi sorpresa vi que estaba sonando un anuncio publicitario le dí a la opción (saltar anunció) y continuamos con los restantes 15 minutos. Mi asombro fue que los días siguientes cuando saltaba un anuncio Leo me avisaba con sus pataditas, he de reconocer que los primeros días pensé que era coincidencia, pero luego comprobamos que no, siempre siempre siempre coincidía.
Respecto al balanceo que es un movimiento relajante en sí, nos podía venir bien cuando Leo naciese y en momento en el que pudiese estar más nerviosito nos podía ayudara recrear ese movimiento, aquí estariamos hablando de la estimulación vestibular, en los siguientes post lo trataremos más extensamente.
Cómo os comenté en el post del embarazo de Leo, estuve muy activa durante la gestación. En pilates (iba a un centro maravilloso «Moni’s world») allí la profesional nos guiaba en los ejercicios para el pilates en el embarazo con una suavidad y dulzura inigualable. La verdad que me ayudó muchísimo el trabajar sobretodo el suelo pélvico ya que sus ejercicios, la respiración guiada y el ambiente que allí se respiraba hacía que saliese de allí sin dolor y muy muy muy relajada.
Me apunté a un curso de natación que justo impartía mi matrona del centro de salud (Método Aipap) hacíamos ejercicios de todo tipo, cada día ponían el foco en un objetivo: respiración, cardio, flexibilidad, fuerza… todo ello dirigido al momento del parto y al proceso del embarazo, claro. Se hacía muy ameno pues hacíamos juegos, competíamos entre nosotras…ganábamos premios, jaja era muy gracioso ver a todas las gordis correr por la piscina, la verdad es que dentro del agua no notábamos el peso ni las molestias típicas musculares, salíamos nuevas. Además con la tranquilidad que estábamos en buenas manos. Además cómo las profesionales eran matronas les podías preguntar cualquier síntoma o duda que tuvieses en el embarazo. Super contenta, y mi matrona Vanessa, repito, un encanto.
Estas fueran algunas de las cositas que hicimos en el embarazo…continuamos en los siguientes post!