Siempre había tenido claro que quería amamantar a Leo, aunque no tenía el testimonio de mi madre; pues mi hermana y yo fuimos alimentadas con leche de fórmula; sí que vi a mi hermana como daba el pecho a mis 2 sobrinos. Todo el mundo tiene claro que nutritivamente es lo mejor, no lo digo yo, lo dicen los expertos. Pero también digo que cada mamá es libre de decidir que alimentación dar a SU bebé. Y aquí quiero hacer un inciso, cada madre en SU casa, con SU hijo, en SU vida y con SUS circunstancias hace y debe hacer aquello que sea lo mejor para cada caso. Un bebé será feliz si su mamá lo es, independientemente que tome leche materna o de fórmula, una mamá querrá por encima de todo a su bebé, así que NADIE ha decirle que debe hacer o no. La información está ahí, hay profesionales que nos pueden asesorar. Que nadie te diga qué puedes o qué no puedes hacer.
Comparto un texto que publiqué en una red social tras presenciar un hecho desagradable en un supermercado por el hecho de que una tercera persona, no presente en ese momento, le diera a su bebé leche de fórmula. Ahí va la reflexión que compartí en su día.
«Hoy he escuchado de paso, un fragmento de una conversación entre dos madres (madres perfectas con el título correspondiente de madres perfectas, por supuesto) donde criticaban duramente el papel de una tercera madre (al parecer una «Malamadre», está claro)
En defensa de la tercera madre, o madre terrenal, es decir, una madre que ni será perfecta ni supongo que tampoco querría serlo… me gustaría lanzar una reflexión.
1. Cada madre independiente de su estilo crianza hace y hará aquello que crea conveniente y mejor para su hijo/a.
1.1. Dicho esto, cada una de nosotras seas madre o no lo seas, deberías de tener en cuenta que cuando nos creamos con el derecho de juzgar a otra persona NO sabemos la situación real de esa familia, es decir:
– NO sabemos si tiene ayuda familiar y/o externa o no.
– NO sabemos si disfruta de una situación laboral que le permita conciliar bien.
– NO sabemos si esa persona duerme bien, cuenta con un tiempo de descanso saludable.
– NO sabemos si tiene algún problema de salud físico y/o psicológico (ansiedad, estrés, depresión…)
– NO sabemos si tiene problemas familiares de algún tipo…
2. Nos creamos las mejores madres, porque pensamos que todas tienen que hacer aquello que hago yo (este sería el pensamiento de una madre que se considera perfecta):
2.1.
– Yo NUNCA le pondré el móvil (pero me paso el día al sofá mirando Instagram)
– Yo NUNCA le daría biberón, yo leche materna sólo porque es lo más natural (pero después le compro todas las E-221/E-234/ E-453/E-521…… y todas las combinaciones de E posibles)
– Yo NUNCA le llevaré en el carrito yo pañuelo de porteo, contacto 100%… pero después compran una silla no homologada para el coche…
– Yo NUNCA haré colecho…yo NUNCA…
Si algo me está enseñando ser madre es que nunca puedo decir nunca, que admiro a cada madre de mi alrededor, porque dan literalmente su vida por su bebé, que morirían y matarían por él o ella.
He visto a mamás llorando de agotamiento, llorando porque gente a quien no le han preguntado le han dicho cómo han criar a su bebé, qué ropa ponerle, donde matricularlo y dónde no, haciendo sentir mal a esa persona por tomar las decisiones que piensa mejor para su hijo/a…
Yo, Adriana, he dado pecho a mi hijo porque YO he querido, ha dormido en mi cama porque YO y su padre hemos querido por los motivos que sean, a veces le he dado botes de triturado de compra porque cuando salgo de casa no necesita refrigeración y estoy más segura que no se estropearán, y porque quiero, sin más. Ha comido trozos enteros desde que tenía meses, porque hemos querido, asiste a la guardería porque le gusta mucho pero sobre todo porque es una necesidad para nosotros. Mi niño va e irá a contramarcha en el coche hasta que parezca un indio y no quepa porque así lo hemos decidido. Y punto. Es una pequeña parte de lo que nosotros hacemos, ni mejor ni peor que nadie. Es mi vida, nuestra vida.
Conclusión de la reflexión: no des ningún consejo a no ser que te lo pidan, no te sientas superior a otra madre porque no lo eres, si aquello que vas a decirle a otra persona en lo referente a su crianza no es mejor que el silencio, simplemente no lo digas.
Empatía, amor, sororidad…Juntas tenemos más power!! (Club de las malamadres) Cómo diría la gran «Lucia mí pediatra» miraros unas a las otras, cogeros de los hombros y decíos : «Eres una madre maravillosa».»
Dicho esto, mi opinión al respecto está clara. Yo di el pecho a Leo, leí, me informé y aprendí mucho en las clases preparto. No dudé ni un segundo en que yo era capaz de amamantar, y sabía que si había algún imprevisto pediría ayuda a profesionales para poder hacerlo.
La verdad fue que no tuve ningún problema con el agarre. Cuando nos pasaron de la habitación dónde tuve a Leo a la habitación de dilatación nos dijeron que estaríamos ahí 2 horas, las horas sagradas que se suele decir. 2 horas en las cuales estaríamos los 3 sólos.
Una matrona que acababa de empezar su turno me preguntó cómo me encontraba, ella ya sabía que daría lactancia materna supongo que lo vería en el plan de parto.
Me quité el camisón y ella puso al bebé en la parte baja del abdomen. Recuerdo una imagen maravillosa ésta fue ver cómo Leo trepaba poco a poco con la boquita abierta y olisqueando hasta encontrar el pecho. Se agarró perfectamente, la matrona se quedó alucinada y yo también. Recuerdo que mi hermana cuando nos vio ya en planta me dijo lo mismo. Que buen agarre, cómo se ha cogido de bien.
Así que yo estaba muy feliz. No notaba nada pero sabía mi bebé estaba alimentándose. El papá sin embargo estaba un poco preocupado temía que no tuviese leche. Cuando vino una enfermera le expliqué la situación, mi marido me había incluso presionado el pezón para ver si salía leche, sin éxito, claro jajajaja…Yo continuaba tranquila, confiaba en mi instinto, Leo hacía pis, por tanto se estaba alimentando. Esa era mi lógica aplastante jajajaja…
La enfermera le explicó a mi marido que todavía no había leche como tal, pero sí un líquido más valioso que el oro, el calostro. Con unas propiedades maravillosas.
La enfermera no viendo al papá convencido del todo, y pidiéndome permiso cogió mi pecho con las dos manos y presionó suavemente haciendo el gesto típico para sacar la leche, creo que me entendeis…jaja y salió el calostro preciado. Papá tranquilo. La información es poder.
El día siguiente mi matrona del centro de salud aprovechando que había ido al hospital vino a visitarme. Le dije que en algún momento sobre todo cuando Leo se estaba durmiendo notaba como que cerraba un poco la boca y no cogía casi la areola sino sólo el pezón lo que me daba miedo a que me saliesen grietas. Me dijo que no había que preocuparse y me enseñó una técnica que consistía en tirar hacia abajo un poquito la barbilla del niño para que volviese a coger la areola. Mano de santo, ante la más mínima duda, lo hacíamos. También se lo enseñó al papi para que me pudiese ayudar en caso de necesidad.
No fue hasta el cuarto día después del nacimiento y ya estando en casa, cuando una noche y tras haber dormido unas pocas horas seguidas me desperté empapada, con el pijama muy mojado. Había tenido la subida de leche. La leche sube, no hay que tener prisa, el bebé se está alimentando, eso sí, yo estaba en constante contacto con mi matrona, por tanto, sabía que todo lo que me estaba pasando era normal. Y supongo que la tranquilidad en estos casos, ayuda.
De ahí en adelante pasamos 18 meses de lactancia materna a demanda. Os iré contando mi experiencia y cómo fue el destete. He estado buscando fotos dando el pecho y sólo he encontrado unas poquitas. Tantas horas, tantos días y tantos meses y casi sin fotos. Cabe decir que tampoco tenemos casi fotos juntos Leo y yo, curiosos, no? Hay que normalizar el pecho para aquello más natural que la naturaleza nos ha dado que es la lactancia materna, no esconderse ni sentir vergüenza. La lactancia es alimento, es seguridad, es refugio, es calor, tranquilidad y amor.