Mi primer post, me siento incluso nerviosa, no por escribir ni por exponer mis sentimientos, pues quien me conoce sabe que abro mi corazón y mi casa a los dos segundos…jaja estoy nerviosa porque los sueños, a veces, sueños son. Así que, vamos a disfrutar soñando.
No podia empezar estas líneas de otro modo que no fuese desde el origen, des de el Big Ban de mis emociones más irracionales, más animales me atreveria a decir, esas que siento en lo más profundo de mis entrañas, MI HIJO. Él es el origen de la nueva yo, el inicio de todo.
Compartiré con vosotros estas dos cartas para mi hijo que le escribí en su momento. Dos de los hitos de su vida que me marcaron. Ellos son, su primer cumpleaños y su primer día en la escuela infantil, después de la baja maternal y una excedencia, me reincorporé al trabajo. Y volvió a nacer «otra «»yo»».»
CARTA N°1
«El primer cumpleaños de Leo:
Después de casi dos días en el hospital ocurrió … Nació un bebé pero también nació una madre.
Salimos de casa 2 y volvimos 3.
3 eran las horas que dormíamos, y más de 3 veces al día doy GRACIAS a la vida y a ti, por
escogerme, por escogernos. No seré la mejor madre, quizás tampoco la mejor en nada, pero
espero serlo TODO para ti. Deseo que seas buena persona, como cada día te lo recuerdo desde que naciste, deseo que consigas tus sueños, o al menos, la mayoría. Pero sobre todo deseo que seas muy feliz, eso si, sin olvidar la felicidad de los demás. Si tú no quieres, nunca te soltaré la mano. Gracias por convertirme en mamá, en tu mamá. Papi y mami te queremos muchísimo.»
CARTA N°2
«Aquí faltaban horas para conocernos, eso dicen, pero tú y yo ya sabíamos mucho uno del otro, empezaba a intuir cuando dormías, cuando necesitabas movimiento, qué música te gustaba escuchar … llegaste a nosotros, a mí y no nos hemos separado más que unas horas. Me necesitas y te necesito. Mañana comienza una nueva etapa, no estaremos juntos como hasta ahora, pero el cordón que nos unía, está ahí invisible, pero poderoso, mágico. Siempre estaré ahí para cuidarte, reconfortarte cuando caigas, guiándote pero sin taparte el paso, y queriéndote más que nadie. Mañana por la mañana te coseré las alas, para que alces el vuelo, pero ya sabes, el nido siempre estará aquí, en mi corazón. Mamá y papá te quieren.»
Estas dos cartas son importantes para mi, escribir, al menos en mi caso, me hace ser más consciente de la realidad. En estos escritos valoré muchas cosas. Tópicos, sí, pero que no por ello dejan de ser importantes. El primer cumpleaños me hizo pensar en el que el tiempo se nos escurre, como la arena del mar, entre las manos, no lo puedes detener. Me enseñó que los días (y sus noches) eran largos pero que el año nos pasó muy rápido. Yo también era un bebé para mis padres y ahora tiro de recuerdos para volver a esos instantes tan felices. Por suerte, recuerdo incluso algunos olores de mi infancia, pero son sólo eso, recuerdos.
El primer día que nos separamos mi hijo y yo, me replanteé mucho. Pensaba en cómo me gustaria que tratasen a mi hijo en la escuela infantil y si yo cómo maestra, lo estaba haciendo igual de bien con los hijos de otras mamis. Ahí vino mi primera crisis (y mi primera gastritis) como madre y como madre-profesional. ¿Tendré tanto tiempo para prepararme las clases como antes, para formarme y estar al corriente de las nuevas pedagogías y nuevos aprendizajes para aportar a mi aula? Un millón de dudas empezaron a rondar mi cabeza. Como decía antes, nacía un bebé pero también una madre con todas sus nuevas facetas.
«Ahora tocaba aúnar las dos «»yo,»» la nueva persona con la anterior. Devoré libros de maternidad,» de crianza respetuosa, disciplina positiva, Montessori. Aunque, he de decir que esto ya lo hacía antes incluso de mi embarazo. Sí, siempre he tenido instinto maternal y eso es uno de los motivos por el que estoy aquí. Hice cursos online, indagué y junte mis conocimientos nuevos con los previos. Estamos en contínuo movimiento, así que la crisis pasajera de identidad poco a poco se fué difuminando.
Agradezco mi maternidad pues gracias a ella soy más empática con las familias de mis alumnos y gracias a mis alumnos sé cómo afrontar la crianza, pues ellos han sido mis maestros…
Así que, ahí queda mi primer post. Ese que tanta ilusión me hacía. Nos iremos conociendo poco a poco. Sabeis que tiro de recuerdos para saborear y disfrutar mejor el presente, y es que los olores de la infancia hay que llevarlos encima no vaya ser que se nos olvide cómo jugar.
Y, sobretodo, que un día fuimos niños. Empatía.
2 Comments
Eres de gran ayuda para las mamás y futuras.
Suena hermoso el sentimiento q les has puesto.
Directamente sale del corazón.
Q suerte la gente q té tiene cerca, seguro q escucharte hablar así, hace q las mamis disfruten más de cada segundo al lado de sus hijos.
Muchas gracias Vanessa! Eres una madre maravillosa. Un abrazo, la suerte es mía de tenerte.